Primer texto: Sophia Durand

Katiuska Saavedra. De la serie Pintura ambulante
Pintura ambulante de Katiuska Saavedra

No estaba en mis planes sentirme el soporte de una obra de arte efímera hasta que conocí el proyecto fotográfico Pintura ambulante de Katiuska Saavedra. Hasta hoy que pude percibir como no sólo el arte de la manicura adornan mis uñas y hablan de mi estilo personal. También el tiempo impregna en la superficie sensible del esmalte la huella del deterioro. Como si mirando sólo una porción de ellas pudieran descifrar cuantos roses y golpes se reciben en la vida.
4,000 A.C. el ritual era el mismo pero con otros propósitos. Los guerreros romanos pintaban sus uñas de rojo momentos antes de enfrentarse en lucha. Tal vez como algún amuleto que los librase de la carga de matar. Ya puedo imaginar las manchas de sangre mezclarse con las uñas carmesí. Hoy por hoy el sólo color rojo es símbolo de sensualidad. Como una de las piezas que nos presenta Saavedra. Podemos ver en la fotografía un dedo con la uña pintada de rojo, desgastado y rayado, tal vez con un lapicero color negro. Intencionalmente la artista ha colocado un filtro de color azul en toda la fotografía dejando un rectángulo hueco que encuadra una porción de la uña mencionada. 
En el proyecto Pintura ambulante se logra detectar tres momentos que componen el proceso de cada una de las obras. En un primer momento la uña ha sido pintada por un manicurista, en un segundo momento es replanteada y afectada por el desgaste del tiempo. Pero es en el tercer momento que se crea un último replanteamiento, ese momento es cuando Saavedra fotografía el dedo y edita la fotografía con filtros de colores,  reenmarcando zonas específicas, deteniendo el tiempo y el deterioro consigo. 
Partiendo de este par de ideas: encuadre y tiempo es que en el trabajo de Saavedra se puede percibir dos citas directas a la naturaleza fotográfica. La primera cita se relaciona con el “espacio retenido”, la redefinición del “fuera de campo” con el rectángulo que reencuadra nuestra mirada y redefine la imagen dentro de la imagen. La suavidad del filtro azul nos permite ver el entorno, no se desecha como con el primer marco que define la imagen mayor. Acá podemos ver la relación del fragmento con su resto: la uña que no se descarna y que no se mutila del dedo (dedo que sí es mutilado de la mano). La segunda cita al acto fotográfico se relaciona con la necesidad de la artista por preservar aquel cuadro abstracto realizado por el deterioro de la superficie. Detiene el tiempo, el desgaste del cuerpo fotogénico y el “action painting” fortuito de la rutina ambulante. 


En ambos casos es un “fuera de campo” tanto geográfico como temporal. Como en las fotografía de Christian Vogt en la serie Marcos,  en especial la fotografía de arriba, en donde vemos el marco dentro del marco fotográfico deteniendo con el acto fotográfico la disolución de una imagen efímera sensible a los cambios climatológicos.
En definitiva las obras de Saavedra me llevaron a pensar sobre dos cosas: primero sobre las superficies estéticas, y segundo sobre la fotografía como el instrumento más exacto para poder “cortar” el tiempo.  
Y, como cualquier mujer coqueta no me resistí a hacer el ritual de la manicura y a ser soporte de una futura obra de arte abstracto dentro del proyecto fotográfico de Katiuska Saavedra. Acá la imagen:
































1 comentario:

  1. Gracias Sophia. Tu texto es un ejemplo de una crítica donde el juicio permanece implícito, infiltrado a través de la descripción y la interpretación. Por otra parte, la descripción y la interpretación se articulan mediante los elementos narrativos. De hecho,la unidad del texto está muy bien lograda por la coherencia entre el tono narrativo del principio y el tono narrativo del final. Quiero llamarte la atención sobre esos aspectos porque tú tiendes a señalar la introducción y el cierre del texto como juicios, pero en realidad, desde que abre la primera frase: "No estaba en mis planes sentirme el soporte de una obra de arte efímera hasta que conocí el proyecto fotográfico Pintura ambulante de Katiuska Saavedra." estás elaborando una narrativa sobre tu relación con la obra que vas a comentar. Y al final de tu artículo pasa algo semejante: "Y, como cualquier mujer coqueta no me resistí a hacer el ritual de la manicura y a ser soporte de una futura obra de arte abstracto dentro del proyecto fotográfico de Katiuska Saavedra."
    Como puede notarse en estos ejemplos concretos, la narratividad en la crítica de arte va muchas veces dirigida a una representación de la relación del sujeto escritor con la obra y -transitivamente- con el autor de la obra. Esa relación es sostenida por una estructura temporal (y me imagino que esa temporalidad es la base de toda narrativa) que nos permite visualizar la representación fotográfica como algo más que un objeto estático.
    En tu caso, esa cadena de representaciones llega a un extremo arriesgado y original: la inclusión de una fotografía realizada por tí como réplica de la fotografía comentada. Ese es un ejemplo de cómo la narratividad puede llevarnos a establecer relaciones de contextualización y de asociación no previstas por el autor de la obra. Y en este punto, tu gesto, que ya no es precisamente escritural, nos coloca frente a lo que será el tema de nuestro próximo foro: el texto crítico como representación de la obra, del autor y del escritor. El texto crítico como puesta en escena, como gesto casi performático. En fin, el texto crítico como ficción.

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