lunes, 6 de agosto de 2012

Foro 2: Crítica de la fotografía y crítica de la representación. Cuestiones generales

Los textos que han escrito ustedes como parte del primer ejercicio de este taller han creado un contexto propicio para intentar responder mejor la pregunta ¿Por qué hacer un taller de crítica de la fotografía en lugar de un taller de crítica de arte? O, planteado de otra manera, ¿Qué tiene de particular o de particularmente necesario una crítica de la fotografía? Porque si bien lo que tiene de particular una crítica de la fotografía está condicionado por las especificidades técnicas del propio dispositivo con que se produce la representación fotográfica, lo que tiene de particularmente necesario se deriva del modo específico en que ese dispositivo funciona culturalmente. Atendiendo a eso es que quiero proponer la hipótesis de que una crítica de la fotografía debe desplazarse de un análisis de la representación fotográfica a un análisis del dispositivo fotográfico como aparato cultural. En ese sentido es que considero necesario que atendamos a la fotografía no solamente como objeto artístico. Es decir, una crítica de la fotografía no debe ser entendida solamente como un subdominio de la crítica de arte, porque para entender el funcionamiento del dispositivo fotográfico hay que atender a una trama de funciones de la fotografía que no son necesariamente funciones artísticas. De hecho, no creo que la artística sea una de las funciones primordiales de la fotografía, ni una de las que mejor ayuda a entender la lógica del dispositivo, excepto en los casos en que la representación artística está basada en la reflexión sobre el propio medio, es decir, cuando se constituye como una especie de autocrítica.
Les invito a reflexionar sobre estos temas

15 comentarios:

  1. Si bien es cierto, podemos ubicar a la fotografía dentro del ámbito artístico, creo que el imperio de la fotografía desde su invención satisface otras necesidades, llena otros espacios. En ese sentido, creo que la importancia de una critica de la fotografía, se expande más allá de los limites de lo artístico, para trascender también al espacio de la fotografía como herramienta, como maquina, como acto, y sobre todo como un proceso de comunicación donde su propia existencia jamás se detiene. Hablamos de un medio donde “lo real” se encuentra en juego, donde se manipulan los significados, un espacio de posibilidades e imposibilidades.
    A pesar de que, hoy en día, se ha difuminado la idea de la fotografía como prueba de la realidad, para la masa, esta percepción sigue presente, y me parece importante ser conscientes de esa “inconsciencia” ; en este sentido es donde considero indispensable la intervención del critico, que de alguna manera si es consciente. Tal vez es aquí donde yace la importancia de una critica de la fotografía, como un fenómeno cultural más que como un objeto artístico; por que de todas formas ; qué es arte y qué no lo es? (no quiero meterme en este embrollo, simplemente mencionarlo).
    Por ultimo, pienso que la fotografía, desde siempre, forma parte de nuestra auto-percepción como sociedad y como individuos; y es importante detenerse a pensarla, entenderla y sentirla.

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  2. Una opción (fuera y adentro del arte) es analizar como la fotografía se inmiscuye en nuestra manera de ver las cosas... estaríamos hablando del mundo de la percepción, estaríamos hablando de cuestiones políticas más que artísticas. Han hecho el ejercicio de mirar una película hecha hace 20 años en la cual hay muchos efectos especiales, que en aquel entonces era efectos "sutiles" (se podia decir que no eran reales, pero parecian reales en aquel entonces) y al verla hoy se descubren más facilmente esos efectos que en aquel entonces... posiblemente dentro de 20 años veamos Avatar y nos reíremos de pensar como en aquel entonces (hoy) esta película era espectacular... La percepción es educada por la imagen. Recuerdo aquello que decian sobre los aborígenes de América, los cuales no podián ver aquellos barcos españoles que se aproximaban a la costa porque en su vocabulario visual no existian tales figuras... me pregunto cuánto no vemos, cuánto nuestro cerebro omite para seguir mirando aquello que le es fácil percibir... es la fotografía una manera de descubrir aquello que no percibimos... creo que es un elemento muy importante cuando hacemos/criticamos una imagen, que tanto estamos contribuyendo a mantener en línea esa percepción domada... y que tanto queremos expandir esa percepción construida por el cerebro... la otra pregunta es ética: ¿hacia donde y porque quiero expandir esta percepción? me da escalofrío pensar en lo grande que es esto, en lo maleable que es el mismo medio, y lo vulnerable del espectador.

    Y por cierto Caro, la masa sigue creyéndose el viejo cuento de la fotografía como "prueba de lo real", es la herencia/maldición del medio... la cuál creo que tiene más repercusiones políticas que artísticas... sin menospreciar una o la otra... nada más que mientras vengan fotos acompañando artículos en los periódicos creo que va ser muy difícil que nos olvidemos de esa noción de fotografía... y aquí es donde entra ese juego de la percepción domada de la que hablaba, ya que no se reduce a efectos y nuestra percepción sobre ellos, se expande a nuestra percepción del mundo, de todo lo que no conocemos en persona... yo nunca he estado en Europa pero puedo imaginar como es por las imágenes que he visto... y esas imágenes yo no las invente, me las metieron...

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  3. En tanto la fotografía tenga como referencia lo real, va a ser muy dificil que olvidemos "esa nocion de la fotografia como verdad".

    Pablo, lo que mencionas de la "percepción domada", me recuerda a una muy buena pelicula de Barry Levinson "Wag the Dog", muy vieja, pero muy apropiada al respecto de este tema: como las instituciones de poder utilizan la imagen para construirnos una realidad moldeada a sus propios intereses y beneficios. Recomiendo verla.

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    1. Gracias por sus comentarios. Evidentemente llevar la crítica de la fotografía más allá del ámbito de lo artístico es uno de los objetivos de este taller. Y sin embargo, eso nos obliga a recordar, en primer lugar, cómo se ha venido produciendo y reproduciendo la noción de fotografía artística, desde los primeros intentos que se hicieron por legitimar las prácticas fotográficas dentro de la "alta cultura".
      En su presentación del daguerrotipo Jacques Mandé Daguerre ya hablaba de la influencia benéfica que su invento ejercería sobre las artes. En su informe sobre el daguerrotipo, presentado ante la Comisión de la Cámara de Diputados de Francia, el 3 de julio de 1839, Francois Arago lo defendía como especialmente útil para la arqueología y las bellas artes. William Henry Fox Talbot siempre se refirió al calotipo como “un arte”. Por su parte el pictorialista Henry Peach Robinson escribió un texto que desde el principio parece estar respondiendo a la diatriba antifotográfica de Baudelaire: “Aquellos que sólo tienen un conocimiento superficial de las posibilidades de nuestro arte, argumentan que el fotógrafo es un mero realista mecánico, sin el poder para añadir nada de sí mismo a su propia producción. Todavía algunos de nuestros críticos se comprometen inconsistentemente con el planteamiento de que algunas de nuestras imágenes no son más que naturaleza.”
      Otro discurso ejemplar es el artículo “Photography and Artistic Photography”, escrito por el mexicano Marius de Zaya, quien residió en Nueva York, estuvo en el círculo de Stieglitz y colaboró con la revista Camera Work.
      De Zaya comienza su artículo así: “La fotografía no es el Arte. Ni siquiera es un arte. El arte es la expresión de la concepción de una idea. La fotografía es la verificación plástica de un hecho. La diferencia entre arte y fotografía es la diferencia esencial que existe entre la Idea y la Naturaleza.” Este que, en principio, parece un enunciado conservador, después va adquiriendo otros matices más complejos a lo largo del texto: “La fotografía no es el Arte, pero las fotografías pueden llegar a ser arte…La diferencia entre fotografía y fotografía artística es que, en la primera, el hombre trata de alcanzar esa objetividad de la forma que genera las diferentes concepciones que el hombre tiene de ella, mientras que la segunda usa la objetividad de la forma para transmitir una emoción.” Y culmina con una interesante comparación entre Steichen y Stieglitz: “Hasta el presente, el punto más alto de esas dos caras de la fotografía ha sido alcanzado por Steichen, como artista, y por Stieglitz, como experimentalista (…) La obra de Steichen trajo a su más alta expresión la aspiración formal de la pintura realista (…) Stieglitz ha comenzado con la eliminación del tema en la forma representada para buscar la expresión pura del objeto.”
      Como se ve, durante esa etapa “épica” de la modernidad, en la que se estaba redefiniendo el arte occidental, la fotografía era sometida una tensión respecto al paradigma de oposiciones entre naturaleza e idea, entre materia y espiritualidad, incluso entre realismo y expresividad. Parece que esa idea de la fotografía como prueba de lo real no era bien visto por nadie. Para Baudelaire el realismo fotográfico era vulgar y desacreditaba cualquier intento de entender la fotografía como arte. Y para quienes se oponían a Baudelaire la fotografía no era tan realista como parecía a primera vista. Tendríamos que revisar más a fondo la evolución de esas ideas porque tengo la sospecha de que los paradigmas para defender la artisticidad de ciertas prácticas fotográficas han cambiado mucho desde esa época hasta el presente. ¿No creen?

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  4. Pues si Juan, yo creo que estos paradigmas han cambiado conforme han cambiado los soportes y la tecnologia; hoy en dia el acceso a la fotografía es casi un derecho humano,la producción de imagenes es increiblemente más abundante que en la época de Baudelaire.

    Sin embargo, creo que aun hoy el valor que se le otorga a lo "realista" en un imagen, no corresponde a lo artístico, sino más bien a la fotografía como "documento" como prueba, esto es algo que no ha cambiado y que sigue manteniendo su poder; aqui quiero poner en discución las palabras, que en sus años, menciono el maestro ya fallecido Chris Marker:

    "(...)las imagenes no son inocentes: están dentro de una historia de las imagenes y para romper con la retórica del poder es necesario una revolución del lenguaje, de la forma".

    ¿que piensan?

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  5. Juan, como separar la critica de fotografia de la critica de arte? Me parece que cada uso distinto de la fotografia, cada escuela merece un analisis teorico distinto. No creo que exista una linea que separe las disciplinas. Me parece que tanto la critia de arte como el analisis cultural se complementan para el estudio y analisis de los usos del aparato fotogafico y sus representaciones. Que es la fotografia entonces? Definimos fotografia como definimos la pintura, con la misma autonomia? Hay que definir tambien que es la cultura como un discurso. Yo creo que ningun medio es a completamente autonomo dentro de la practica contemporanea. Que piensas?

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    1. Gracias Raquel.
      En principio estoy de acuerdo con el planteamiento que haces. Sobre todo en lo que respecta a la necesidad de complementar y no excluir distintos posicionamientos teóricos y enclaves disciplinarios para el análisis del aparato fotográfico. De hecho, cuando hablo de una transición desde la crítica de arte hacia una crítica de las representaciones, no estoy pensando solamente en la fotografía. Si vale la pena hoy día hablar de una crítica de las representaciones o una crítica de la cultura, es precisamente porque el arte mismo lo ha propiciado. Es en muchas de las prácticas artísticas contemporáneas donde se ha sistematizado el uso de las representaciones para hacer una crítica de las representaciones. Ya en nuestro taller hemos hablado un poco del feminismo, y me parece un buen ejemplo de lo que estoy tratando de argumentar. Yo al menos veo como una característica definitoria del arte feminista el ser una crítica de las representaciones, que se articula alrededor de una serie de representaciones críticas.
      Así que una primera corrección a mi planteamiento sería: no propongo separar una crítica de la fotografía de una crítica del arte, sino incorporar a la crítica de la fotografía algo que ya se ha incorporado al arte mismo: la crítica de las representaciones.
      En este contexto, una crítica de las representaciones pudiera ser una crítica de lo fotográfico, más que una crítica de la fotografía. De hecho, la inserción de la fotografía en las prácticas artísticas modernas y postmodernas, ya es una especie de representación crítica de lo fotográfico.
      ¿De qué hablo cuando digo "lo fotográfico"? No sólo de un modo particular de producir representaciones, sino también de toda la ideología (que es también representación) asociada a ese dispositivo, contribuyendo a su funcionamiento como dispositivo cultural.
      En La ilusión especular, Arlindo Machado cita una frase de Engels extraída de La ideología alemana: “Si en toda ideología los hombres y sus relaciones aparecen invertidos como en una cámara oscura, ese fenómeno responde a un proceso histórico de vida (...) como la inversión de los objetos al proyectarse sobre la retina responde a su proceso de vida directamente físico.” Me parece sumamente estimulante este vaivén metafórico: un discurso semiológico sobre la fotografía que busca su referencia en el campo minado de las ideologías, basándose en un discurso sobre la ideología que busca sostén en un símil con la fotografía. Lo que resulta de este juego es una imagen de equivalencia entre la ideología y la representación, en ambos casos como procesos de inversión (y no sólo de reflejo) de nuestras relaciones con el mundo.
      Estas equivalencias justifican cierta desconfianza ante las representaciones y ante la fotografía en particular, desconfianza que pudiéramos dirigir hacia la relación signo-referente, en la que se basa la ilusión de realismo fotográfico, y hacia lo que llamo el programa persuasivo de la fotografía, también sostenido por ese realismo.
      Esto es sólo un boceto de respuesta. En las próximas horas les estaré dando más argumentos y otros textos (incluido el de Machado) para que continúe el debate.
      Espero que sigan participando con entusiasmo en el foro.
      Saludos
      Juan Antonio

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  6. Estoy totalmente de acuerdo con este comentario:
    "Para Baudelaire el realismo fotográfico era vulgar y desacreditaba cualquier intento de entender la fotografía como arte. Y para quienes se oponían a Baudelaire la fotografía no era tan realista como parecía a primera vista. Tendríamos que revisar más a fondo la evolución de esas ideas porque tengo la sospecha de que los paradigmas para defender la artisticidad de ciertas prácticas fotográficas han cambiado mucho desde esa época hasta el presente. ¿No creen?"
    Mas aun, para la escuela conceptual la fotografia: "nunca es inocente, siempe esta enmarcada dentro de discursos ideologicos de representacion. Por lo tanto, la escuela conceptual en su practica, no utiliza el medio como algo dado, sino como un mecanismo que tiene que ser analizado en sus practias."
    Me parece que es la misma historia del arte la que nos da las herramientas para criticar la fotografia en todas sus practias y hoy esa historia se nutre de las practicas de critica cultural.

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    1. Hola Raquel. Con este planteamiento confirmas mis argumentos anteriores. Aunque quiero destacar los matices del término "historia del arte". Entiendo que te estás refiriendo a la historicidad de los procesos artísticos en la cultura occidental, y no a una disciplina específica para estudiar dichos procesos. Pues uno de los temas a los que nos lleva este hipotético tránsito de la crítica del arte a la crítica de lo fotográfico es el tema de lo multidisciplinario. Una crítica de lo fotográfico entonces no se haría solamente desde la historia y la teoría del arte, sino que se abriría a los estudios visuales, los estudios culturales, la sociología, el psicoanálisis, la filosofía o la antropología, por ejemplo.
      En ese sentido, la crítica de la fotografía puede derivar desde lo que yo califico como práctica indisciplinada (indisciplinaria, según Enrique Del Percia) hacia lo que Cuauhtémoc Medina plantea como "desobediencia". Yo, por lo menos, incorporo esa dosis de desobediencia a mi suspicacia ante los esfuerzos por producir una fotografía "artística" que no cuestione el programa persuasivo (político, moral y epistemológico) al que se ha subordinado históricamente el dispositivo fotográfico.
      Gracias.

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  7. Este debate me lleva nuevamente a lo suscitado por el texto de Baudelaire. Pienso que si bien nunca se circunscribió al ámbito artístico, si su mediación en el mismo le devolvió tramas de funciones que sí le eran posible explorar. Pero la fotografía, el dispositivo y la mediación vincular que propone, sigue su camino, aun habiendo ridiculizado su propia "afamada" objetividad.
    Hacia las preguntas de Juan Antonio, en torno a las tramas de funciones que asume la fotografía, ¿habría una pregunta por el qué satisface? ¿Sobre el qué convoca? Siguiendo el caso de Víctor Morales, me pregunto por la exteriorización de lo íntimo por parte de él...el señalar la seducción que aquellas cabelleras suscitan en él. Parecería que Víctor Morales, exitosamente, propone una "forma adecuada" para la aparición pública de aquella experiencia íntima. Esto hace preguntarme por la socialización de la persona del autor, me vuelve la pregunta hacia el/los proceso/s de socialización subjetiva actual, y redirijo la pregunta hacia mi propia socialización. La imagen parecería dirigirse, de golpe, hacia el encuentro de espacios simbólicos compartidos. Puede de que haya una actualización de preguntas en aquel encuentro...no lo sé.
    Me parece interesante lo que expone Pablo, y recordé una frase que leí esta semana: "Debido a los límites de la imaginación histórica o cultural, series enteras de cualidades artísticas pueden ser invisibles hasta que se las libera." Es muy linda esta frase en sí; alude a lo artístico porque el texto es específico, pero se puede ampliar claramente a otras perspectivas. Esta es la referencia: Danto, Arthur, "Más allá de las cajas de brillo. Las artes visuales desde la perspectiva posthistórica", Madrid: Akal, 2003.
    Voy a seguir el consejo de la película!

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    1. Gracias Florencia,
      Es curioso, pero yo siento que la debilidad (y tal vez el término sea el menos adecuado) en la crítica que hace Baudelaire de la fotografía; digamos que su contradicción fundamental, es que hace una crítica desde el campo del arte hacia un dispositivo cultural cuya realidad más plena se da en el campo extraartístico. Pareciera que le estaba rechazando a "lo fotográfico" su dificultad para encajar auténticamente (para dejarse absorber dócilmente) en el campo del arte. Y es contradictorio también porque en el fondo me gusta pensar que Baudelaire estaba intuyendo en el lenguaje fotográfico algo que para los críticos de su época era muy difícil de percibir. Vamos, probablemente Benjamin intuía lo mismo, aunque en su época era más fácil imaginar que también el campo del arte se transformaría, en virtud del mismo fenómeno que parecía ser inaugurado por la "reproductibilidad técnica": la cultura de masas.
      En algún momento he dicho que más que una crítica de la fotografía, Baudelaire parece estar haciendo una crítica -kantiana- del gusto. Ahora no sé si interpreto correctamente tu alusión a Víctor Morales, pero no puedo pensar lo que llamas "socialización de la persona del autor" sin asociarla al gusto, como categoría de una sociología de lo estético, más que de una sociología del arte. Y es que esa capacidad de seducción de la fotografía pertenece más al orden de lo estético que al de lo artístico.

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  8. Las citas de Juan Antonio donde aparecen las distinciones Arte / arte y de Caro sobre C. Marker, me hacen volver al punto de si una reflexión sobre la fotografía debe empezar según valores interiores a ella misma, y no tomados en préstamo. Bien sabidos son los aportes que la misma hizo a la pintura en pleno desmantelamiento de un sistema de representación canónico (finalizado en Rauschenberg): “la fotografía sacude al arte y eso no puede sino hacerle bien”; sin embargo, desde un inicio fue esa “historia de las imágenes” en el marco de una crítica a la retórica del poder sobre las mismas, la que se hizo eco de juzgar la fotografía. Ante la sugerencia por revisar los paradigmas, me pregunto por el momento en que la fotografía se consagrara como práctica digna (distinto de soporte) de una reflexión rigurosa, que atienda tanto a su especificidad como a su complementariedad funcional.
    Por último, creo que no hay que desatender a las referencias precisas, en las citas hechas, hacia el soporte al hablar de fotografía. Hoy, quizá, la práctica fotográfica adquiera una significación más amplia que la que la reduce a soporte matérico: “La fotografía es la verificación plástica de un hecho” (Marius de Zaya). Y lo que me parece curioso es esa temprana referencia a Idea / Naturaleza como distinción, quizá hoy haya que preguntarse por la naturaleza de esa Naturaleza. Aquí vuelvo la pregunta sobre lo que la fotografía convoca, hacia el “encuentro de espacios simbólicos compartidos”…

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    1. De acuerdo, Florencia. Hay que hacer un análisis crítico de lo fotográfico. Pero esos supuestos "valores interiores" no son tan interiores. De hecho, se forman (como todo valor) en el ámbito social. Y ahí se configuran como representaciones del mundo y como ideología, en última instancia. Entonces el valor de lo fotográfico no radica en que refleja la realidad, sino en que confirma una representación de lo real que esperaba por el dispositivo adecuado para su confirmación. La noción de realidad del sujeto occidental postrenacentista (o moderno, que al caso es lo mismo) se confirma en la fotografía.

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  9. Esta reflexión acerca los “valores interiores” de la fotografía, que menciona Florencia, me hace pensar en la reflexión que Tarkovsky hace sobre el cine como arte, en donde plantea dicho invento como un nuevo principio estético, sacando al “7mo arte” de la encajona función de reproductor de representaciones de otro arte. Tarkovsky se cuestiona:

    ¿Qué es pues el cine? ¿Cual es su peculiaridad, cuales son sus posibilidades, procedimientos e imágenes, no solo en sentido formal, sino -si se quiere- también sentido intelectual? ¿Que material trabaja el director de una película?

    Me gusta la última interrogante, que él contesta argumentando que el tiempo es el material con que trabaja un director de cine. Podríamos remover la palabra cine de estas interrogantes y sustituirla por la palabra fotografía, y tendríamos un interesante ejercicio.

    Aqui les comparto un enlace del libro, Esculpir el Tiempo, de Andrei Tarkovsky: http://es.scribd.com/doc/38925825/Tarkovsky-Andrei-Esculpir-en-El-Tiempo

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  10. Para continuar con este debate les he preparado un texto que he titulado "La refracción"y comienza así:

    "El término “refracción” lo he adoptado de un texto de Arlindo Machado, quien, citando a Volochinov, dice que los signos al mismo tiempo reflejan y refractan la realidad materializada por la representación (“…os signos, ao mesmo tempo, refletem e refratam a realidade visada pela representação.”). Con esto Machado construye una metáfora que reúne un fenómeno óptico (la refracción) con un dispositivo técnico-simbólico (el signo fotográfico) a partir de la tesis de que los signos son las realidades materiales de las ideologías.
    En La ilusión especular, Arlindo Machado cita una frase de Engels extraída de La ideología alemana: “Si en toda ideología los hombres y sus relaciones aparecen invertidos como en una cámara oscura, ese fenómeno responde a un proceso histórico de vida (...) como la inversión de los objetos al proyectarse sobre la retina responde a su proceso de vida directamente físico.” Me parece sumamente estimulante este vaivén metafórico: un discurso semiológico sobre la fotografía que busca su referencia en el campo minado de las ideologías, basándose en un discurso sobre la ideología que busca sostén en un símil con la fotografía. Lo que resulta de este juego es una imagen de equivalencia entre la ideología y la representación, en ambos casos como procesos de inversión (y no sólo de reflejo) de nuestras relaciones con el mundo.
    Estas equivalencias justifican cierta desconfianza ante las representaciones y ante la fotografía en particular, desconfianza que pretendo dirigir hacia la relación signo-referente, en la que se basa la ilusión de realismo fotográfico."
    Pueden ver mi texto completo aquí: http://paginaenblando.blogspot.mx/p/la-refraccion.html

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