Primer Texto
Beatriz Huidobro
Seleccioné las obras de Natascha Bjerg, porque fueron aquellas que llamaron más mi atención, por
lo sugerentes, por las múltiples lecturas que se desprenden de ellas y por los
diferentes acercamientos que puede tener el espectador al enfrentarse a estas
imágenes. Voy a abocarme a la crítica de la última fotografía, pero teniendo
como referencia las dos anteriores.
La evasión
del instinto
Natascha Bjerg, fotógrafa danesa
residente en México, nos sorprende con imágenes no convencionales de la
relación madre e hijo. Se desvincula de la representación tradicional de la
maternidad presente en la historia del arte.
Sus sugerentes imágenes nos llevan a
reflexionar acerca de la responsabilidad
no asumida, la no aceptación de un hecho natural, del temor a lo desconocido.
La desprotección del niño es
evidente. En la tercera fotografía
recrea una situación ambigua, una escena que está en el límite del
surrealismo. El niño está inserto en el mundo real, actual y material, mientras
la madre presenta una imagen etérea, casi fantasmal. Parecen no estar en la misma dimensión.
Natascha Bjerg. De la serie Lo inoportuno. |
Gracias Beatriz
ResponderEliminarA mí también me parece inquietante esa fotografía de Natascha que tú mencionas como "en el límite del surrealismo". La vi y pensé que el niño estaba asistiendo al suicidio de la madre. La situación "real" pudiera ser que la madre está saltando mientras juega con su hijo. Pero aquí no hay realidad más importante que la de la foto. Eso, que se acepta con naturalidad cuando se trata de una pintura, por ejemplo,provoca una especie de tensión entre representación y "realidad" cuando se trata de una fotografía.
Ahí es donde la crítica debe buscar el equilibrio entre una lectura de la fotografía como representación y una lectura de la fotografía como evidencia de la realidad.
El mérito de tu artículo es que logra mantener ese equilibrio, a pesar de estar lidiando con un tema que tiene tantas implicaciones ideológicas y morales.